Por malafollá se entiende la persona que, después de hablarte, te deja un regusto amargo en la boca. Incluso sin haberla besado. Sea hombre, mujer, grande o pequeño. Este sería un buen ejemplo: Dos amigos se encuentran por la calle después de un largo tiempo. Uno le dice: ¡Hombre, Pepe! ¡Qué alegría me da verte, ¿qué es de tu vida? Cuéntame qué haces, a qué te dedicas, ¿Te casaste, tienes hijos? ¿Nos echamos un café...? Y el malafollá, apenas sin inmutarse, sin haber mostrado la más mínima empatía por el viejo amigo reencontrado, de soslayo y con displicencia, le contesta: Anda y que te entretenga tu puta madre...
Se dice que los granaínos tenemos esta malafollá granaína...y yo como buena granaína, estoy muy, pero que muy orgullosa de tenerla.
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