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Este blog está destinado al alumnado de la Sección Bilingüe de español del Instituto Fazekas Mihály de Debrecen

Música en español

martes, 8 de junio de 2010

Crónica oficial del XVII Festival Europeo de Teatro escolar en español en Praga

Vídeo realizado por los organizadores del Festival y por la Agencia EFE.

domingo, 6 de junio de 2010

Festival de teatro en Praga

Aunque dejaré la crónica para otro momento, me apetecía poner algunas fotos...como son demasiadas he terminado haciendo un vídeo. Espero que os guste.

María, llena eres de gracia. Película completa.

Aquí tenéis la película completa. Está en youtube. Voz original y subtítulos en inglés, pero para los más vagos que les cuenta acercarse a la biblioteca, servirá. Está en 10 partes.





















Mi enemigo la ciencia

Es el título del cuento escrito por Kiri, de 12B, con el que recibió el segundo premio de su categoría en el concurso literario. Un cuento nada normal con el que decidió arriesgar y salió ganando. Esperamos que también disfrute de su semanita de vacaciones en Málaga.

Mi enemigo la ciencia


Hacía mal tiempo, cuando nuestro protagonista, José se despertó de una horrible pesadilla en la que mataba dos hombres sangrientamente con un cuchillo. ¡Qué sueño tan hermoso! – pensaba mientras estaba viendo el calendario. En el calendario vio que había tomado un apunte para aquel día: “16 de marzo de 2096 – ¡El gran día!”. Se vistió y se puso sus nuevas gafas de sol con las que podía percibir a la gente invisible. Llamó a su coche volador automático por teléfono y fue al trabajo. En la fábrica donde trabajaba cada día, preparaban elementos para el segundo ascensor espacial. José tenía el trabajo más aburrido del mundo. Él tenía que inspeccionar que el trabajo estuviera bien en todas las partes de la fábrica, pero como todo estaba automatizado ya no tenía que hacer nada, sólo mirar las pantallas, durante horas. Pero él no se quejaba por esto, porque tenía un hobby que requería mucho tiempo…

Ya todo estaba planeado, sólo tenía que realizarlo. A las cuatro de la tarde terminó su jornada, y fue a casa muy excitado. Sacó su paquete secreto que estaba en un cajón cerrado con un candado y empezó a limpiar sus instrumentos, que eran sus únicos amigos. Sonó el timbre. Se atemorizó y entornó la puerta lo suficiente como para poder ver a su inesperado visitante. Por suerte sólo era el robot, María que cada día limpiaba su casa. Pero aquel día tan interesante quería tranquilidad para poder prepararse, por eso pagó a María y le pidió que se fuera.

A las ocho empezaba todo. Voló a la plaza mayor con un jet pack y esperó en el bar de la esquina. Al cabo de poco llegó un hombre alto, tenía el pelo corto y rubio, los ojos negros y llevaba la típica camiseta que casi todo el mundo en esa época llevaba, una con un rótulo fosforescente sobre el mejor equipo de fútbol, el Loki, y también llevaba unas botas invisibles. Pidió una cerveza y empezó a observar a las chicas menores. Sí, él también tenía una manía, pero un poco diferente a José. Cuando eligió una chica e iba a acercarse a ella, José le empujó un poco con su hombro derecho y le miró a los ojos profundamente. Este hombre se llamaba Marcos y ya había estado en prisión muchas veces, pero siempre le dejaron salir, porque su padre es el jefe de una empresa multiplanetaria y siempre solía jugar al ajedrez con el presidente. Marcos como ya había perdido a la chica escogida y como tenía un mal augurio, después de la mirada de José, decidió salir y volver a casa sin continuar con sus propósitos. Pero no tuvo suerte, porque por otro lado José no quería terminar el día sin realizar su plan y cuando Marcos estaba en un callejón, José le adarvó desde detrás con un pinchazo puntual a el cuello. José con su jet pack llevó a Marcos a un vagón que había en el vertedero. Allí primero tuvo que prepararse. Poner plásticos por todas las paredes y sobre la mesa que ya estaba allí. Después ató a Marcos sobre la mesa y esperó a que se despertara. Cuando Marcos se espabiló primero empezó a gritar ayuda, pero cuando fue consciente de su situación y de que no había nadie allí, empezó a amenazar a José mentando a su padre. Pero José se desentendió de él, y sacó su cuchillo y empezó a afilarlo. Marcos ya no se atrevió a proferir amenazas y empezó a clamar al cielo, pero esto no afectó a José, que para empezar su ritual comenzó a enumerar los nombres de las chicas a quienes Marcos pervirtió durante su vida. Su única suerte fue que la lista era larga. Cuando José terminó con los nombres cortó a su oreja derecha como trofeo y después le abatió de una cuchillada en el corazón. Para José el sentimiento de haber librado al mundo de un pedófilo era fenomenal. Ya sólo le quedaba la última parte del plan, deshacerse del cuerpo. Primero lo envolvió en los plásticos, después se aseguró de que no había dejado ninguna gota de sangre o huella en la escena del crimen y después llevó el muerto al cementerio. Porque el lugar donde seguro que no iban a buscar a un desaparecido era en el cementerio. José tuvo mucha suerte, perdón, no fue suerte sino profesionalidad ya que antes había mirado que al día siguiente por la mañana habría un entierro, por eso la tierra ya estaba cavada, por eso sólo tenía que cavar un poco más y enterrar el cuerpo. Claro no lo enterró totalmente, tenía que dejar casi la misma profundidad del hueco que antes ya había cavado.

Al día siguiente en el trabajo, José ya estaba preparando su siguiente acción cuando vio en la tele que habían encontrado el cuerpo de Marcos. José no quería creer lo que veían sus ojos. Llevaba asesinando pedófilos desde hace veinte años con la misma táctica y todavía nunca habían encontrado los muertos, hasta aquel día. El reportero admitió que el éxito se había debido a que Marcos tenía un GPS en su diente que dio señales y cuando no llegó a casa su padre las vio con un receptor. José se puso muy nervioso y empezó a pensar. Estaba seguro de que no había dejado ninguna señal que pudiera identificarle. ¿Pero qué pasaría si encontraban un testigo? Ya estaba tranquilizándose cuando alguien pegó a la puerta. Era la policía y se lo llevaron para interrogarle.

Dijeron que tenían un testimonio que lo inculpaba como el asesino. José se sorprendió mucho de que tuvieran un testimonio, pero se comportó como si fuera inocente. Pero no pudo hacer mucho, porque en la comisaría le mostraron el vídeo que había hecho un robot volador el día anterior, en el que aparecía en el cementerio deshaciéndose del cadáver.

Como la policía no sabía nada sobre los otros asesinatos, no mataron a José, pero aún así, lo llevaron a juicio, fue declarado culpable y lo exiliaron del planeta y tuve que irse al planeta Marte y buscar otros seres vivos.

Tamás Kiripolszky, 12B

María, llena eres de gracia

Os dejo aquí el tráiler de la película María, llena eres de gracia, en la que se trata el tema de las mulas del que el otro día estuvimos hablando. Si os interesa la tenéis en la biblioteca a vuestra disposición. No lo he encontrado sin subtítulos, pero la voz original es en español.

La lluvia.

Aquí tenéis el cuento de vuestra compañera Flora de 12B que ganó el primer premio del concurso literario de este año con este hermoso cuento. Ella disfrutará de dos semanas (de calor) en Sevilla. Esperemos que disfrute mucho su premio.

La lluvia

Los chicos estaban jugando en el jardín de Karin. El cielo estaba cubierto de nubes grises que parecían ser tristes. A los niños no les importaba el tiempo, jugaban como siempre.

-Seis, cinco, cuatro, tres, dos.-contaba Eric- ¡Uno! ¡El que no se escondió se embroma!

Empezó a buscar a los otros, el jardín estaba lleno de árboles y arbustos pero no había otro lugar para esconderse. Primero encontró a Karin en un nogal. Después buscaron juntos a Néstor. En la copa de un arbusto vieron los cuadritos de su gorro, decidieron hacer un poquito de broma.

-Yo no veo en ningún lugar a Nestor, ¿y tú?

-No yo tampoco puedo encontrarle, sabe esonderse muy bien- dijo Karin con una sonrisa. Tras esto oyeron que el arbusto susurraba una risa. No tenían más ganas de quedarse fuera, tenían un poco frío, por eso decidieron volver a casa. Unos minutos después Nestor ya no tenía tanto aplomo, y tuvo que reconocer que los otros ya no le buscaban. Se asomó por detrás del arbusto, pero no vió a nadie. Cuando entró en la casa vió a los otros hablando con el padre de Karin. Como estaba un poco ofendido solo se les acercó para escuchar lo que decían.

-Oye papá, llevanos al lago. Este año todavía no hemos hecho ninguna excursión.

-¿No sé, que dirían los padres de Néstor y Eric?

-Todo está bien, les dejan venir. Solo te necesitamos a ti.-insistió Karin.

-Bueno, vale. Si hace buen tiempo el fin de semana podremos ir.

-¿Yo también puedo ir?- preguntó Néstor saliendo detrás del sofá.

-Claro tontín, sin ti no iríamos.- dijo, abrazando a tu amigo.

- Vale, pero no me llames tontín.-dijo Néstor un tanto molesto.

Los chiquillos esperaban el fin de semana, y el buen tiempo. El miércoles llovió durante todo el día pero no mucho, por suerte. El jueves no dejó de llover, y el viernes llovía a cántaros. El sábado los amigos decidieron hacer una reunión en la casa de Karin. Todos estaban de acuerdo: de alguna manera tenían que parar la lluvia.

-¿Sabe alguien de dónde cae la lluvia?-preguntó Nestor.

-Del cielo, ¡eso sabe todo el mundo!-respondió Eric.

-Pero que pasaría si hubiera un grifo arriba y lo tuviéramos que cerrar.

-Hmm, puede ser, pero lo tenemos que comprobar- comentó Karin- ¡Es una expedición! ¡Vamos a investigar el cielo!

El mismo día empezaron a construir una máquina que les iba a llevar a observar las nubes. Como los niños querían hacerlo bien, se pusieron batas blancas y así parecían auténticos científicos. No era grande su avión, solo una caja de color rojo, las alas eran grandes hojas, tenía pedales, una vela grande y un volante para conducirlo.

Después de unas discusiones decidieron como se sentarían en la caja. Karin conduciría, Nestor tendría que pedalear y Eric menejaría la vela. El domingo por la mañana despegaron del jardín y al cabo de unos segundos estaban volando por el aire. El panorama era imprescionante, pasaron una hora buscando sus casas, o conocidos en las calles. Saludaron a la mamá de Eric que les miró con boca abierta de la sorpresa. No podían quedarse sobre la ciudad, tenían que subir mucho más para alcanzar las nubes. Dos horas más tarde Néstor y Eric ya no estaban muy seguros del éxito de la expedición.

-No creo que alcancemos un grifo o algo.-murmuró Eric a Nestor.

-Yo tampoco, fue una locura decir esa idea- se quejó Néstor- tendríamos que retornar. Tengo hambre.

-¿Qué pasa atrás chicos?-preguntó Karin, porque oyó a los otros hablar.

-Nada.-respondieron juntos y empezaron a discutir sobre quien le diría a Karin que debían volver.

-¡Mirad!-gritó la niña, y mostró unas cosas grandes y grises que parecían ser las nubes.

Los chicos dejaron de murmurar y se fijaron en Karin. Grandes bloques de hielo cubrían el cielo hasta donde su mirada podía alcanzar. Tenían forma de nubes, eran muy grises y se estaban deshelando. Ya sabían los chicos de donde caía la lluvia, pero no entendían por qué se estaban dehelando. Decidieron subir un poco más encima de esos bloques de hielo para observar lo que allí había.

Cuando alcanzaron la cima pudieron pisar el hielo con facilidad. La primera en saltar fue Karin pero por la fuerza del impulso se resvaló. Los dos chicos tampoco pudieron quedarse quietos, pero en su caso, por la risa de ver a Karin en el suelo. La niña se levantó y ordenó a los chicos que dejaran de hacer el tonto. Los otros se callaron porque sabían que Karin podía llegar a ser muy estricta.

Tenían calor porque estaban bajo el sol, así ya vieron la causa del deshielo. Karin tuvo una idea.

-Podríamos tapar el sol con algo para que no caliente las nubes.- dijo, compartiendo su apreciación.

-Pero aquí no tenemos nada para cubrirlo, y no hay tiempo para volver.-comentó Eric.

-Sí, ya queda solo nos queda esta tarde del fin de semana.- añadió Néstor.

Karin no respondió nada, fue al avión y sacó la vela. Néstor y Eric entendieron que quería hacer la chica, y fueron a ayudarla. Poco tiempo después el sol estaba cubierto, y por ello no había mucha luz y casi no veían nada. Empezaron a buscar el avión para volver a casa, pero de pronto se dieron cuenta de que, al fondo, algo blanco y luminoso se acercaba. No tenían ni idea de que podría ser esto, pero sabían que les daba mucho miedo. Como no había otro lugar, los chicos intentaron esconderse debajo de Karin. Ella no quería admitir que también le gustaría quedarse atrás, pero así sabía que después podría decir a los chicos, lo cobardes que habían sido.

-¡Hola niños!-saludó la cosa luminosa, con una voz muy acogedora- ¿Qué hacéis aquí? ¿Y por qué habéis cubierto el sol?

-Que…que…queríamos ir de excursión-empezó Karin con timidez- pero como estaba lloviendo no pudimos. Vimos que las nubes se están deshelando y decidimos tapar el sol.

-Pero no sabíais una cosa- explicó el viejo de barba muy blanca y larga- las nubes se deshielan para que la primavera pueda venir. Y si no os enfadáis ahora voy a quitar vuestra vela y ponerla en su lugar. ¡Podéis ir a casa, no os preocupéis, la primavera llegará más pronto de lo que os imagináis!- quitó la vela y otra vez hizo calor.

Los amigos embarcaron en su avión, mientras estaban descendiendo, la lluvia iba dejando de caer y aparecieron los primeros rayos del sol. La misma tarde el padre de Karin cumplió su promesa y llevó los niños al lago. Ellos jugaban durante toda la tarde y disfrutaron del viento caluroso.

-¿Sabéis por qué sopla el viento?-preguntó Karin.

- ¡No, pero ni queremos saberlo!-respondieron Eric y Néstor a la vez.

-Pues…A mi me interesa.- dijo Karin sonriendo.

Flora Biro, 12B

Silencios que lo dicen todo

Aquí os dejo el cuento escrito por vuestra compañera Anna Illyes de 10B, ganadora del primer premio de su categoría (10 y 11) y que fue premiada con un viaje a Sevilla de dos semanas para seguir estudiando español.

Silencios que lo dicen todo

En el salón un hombre estaba de pie y miraba en silencio por la ventana, admirando la nevada. Veía las colinas cubiertas de nieve y pensaba que ese año la Nochebuena seguramente sería especial. En la otra habitación una niña exultaba y reía a carcajadas. El padre empezó a sonreír cuando las carcajadas se oían más cerca. La niña se acercó a su padre, él la abrazó y admiraron juntos aquel milagro del invierno.

-¡Papá! Vamos al jardín a hacer un muñeco de nieve-dijo la niña. Pero el padre no le contestó. No quería estropear su felicidad absoluta. Este día, el día de Nochebuena también tenía que trabajar. Prefería quedarse con su hija para que jugaran todo el día y disfrutaran juntos de la belleza de la nieve. Pero la gente tiene obligaciones de las que no se puede escapar. Ni siquiera durante las fiestas. Y eso él lo sabía muy bien. Era una persona ocupada, trabajaba de sol a sol y por esta razón podía pasar poco tiempo con su familia. Algo de lo que se avergonzaba muchísimo. Se inclinó hacia su hija, acarició su cara y le dijo:

-Ahora no tengo tiempo para ayudarte a hacer un muñeco de nieve pero no te preocupes, por suerte la nieve no se va corriendo y lo que es más: por la tarde la nieve será más bonita cuando las farolas la iluminen.

-Tal vez tengas razón, papá -contestó la niña sonriendo y volvió a su habitación.

El hombre iba hacia la cocina donde su esposa estaba sentada a la mesa con una taza de café en las manos. Delante de ella había un periódico y parecía que aún no lo había leído. Visiblemente se sumió en sus pensamientos. Su esposo se acercó a ella y le susurró al oído:

-¡Buenos días, cariño!

La mujer se estremeció y esbozó una sonrisa.

-Gracias-le contestó en voz baja.

-Lamento haberte asustado. Pareces un poco nerviosa. ¿Qué te pasa?

-No me has asustado -dijo la mujer y frunció las cejas-Es que, tengo mucho que hacer hoy.

-No te preocupes. Me llevaré a la niña y así tú podrás prepararte sin que te molestemos.

Parecía que la mujer se había tranquilizado. Tomó su café y fregó la taza. Después dio unos pasos hacia la puerta, esperó que su hija se pusiera las botas, el abrigo y la abrazó. Se despidió de su esposo también. Luego fue a la ventana y vio como su hija cogía la mano de su padre y al final de la calle giraban a la izquierda hacia la casa de la abuela. Se le saltaron las lágrimas y durante unos minutos solo admiró la calle vacía y las pisadas pequeñas en la nieve que había dejado su hija hacía unos minutos.

Pero inesperadamente fue deprisa a su habitación, sacó su maleta de debajo de la cama y la llevó a la puerta. Suspiró. Fue a la cocina, recogió el periódico que había dejado en la mesa y puso en su lugar una carta. Su mano temblaba cuando escribió el nombre de su esposo en el reverso del sobre. Cogió la carta, la deslizó en el sobre y la puso sobre el estante de su esposo. En el baño se lavó la cara, se peinó pero en el espejo vio a una mujer insegura. Al salir del baño apagó la luz, por último miró a su alrededor y abandonó la casa. Cogió su maleta, subió a un taxi, dio un suspiró y no miró hacia atrás.

El padre miró su reloj, ya era mediodía. Arregló todo en su escritorio y salió de la oficina. La ciudad estaba casi vacía, no había coches ni peatones por las calles. Recogió a su hija que ya lo estaba esperando con ansia y fueron juntos a casa. Abrieron la puerta y encontraron la casa vacía. La niña miró en todos los cuartos pero su madre no permanecía en ninguno de ellos. Fue a la habitación de sus padres y vio a su padre sentado en la cama leyendo una carta. El hombre bajó la cabeza y la carta se cayó al suelo. La voz alegre de su hija parecía muy lejana. Dio un suspiro.- ¿Qué voy a hacer ahora y qué voy a decir a mi hija sobre dónde se ha ido su madre? –pensaba. Pero su hija no le dejó lamentarse de lo ocurrido, entró inesperadamente por la puerta de la habitación y le dijo:

-Mira por la ventana, papá. Ya casi se ha hecho de noche. Vamos a hacer un muñeco de nieve como me habías prometido esta mañana-dijo casi gritando.

Cogió la mano de su padre y lo dirigió hacia la puerta. Parecía que por lo menos ella estaba contenta. Antes de que salieran, el padre puso tres velas pequeñas y una caja de cerillas rápido en el bolsillo de su abrigo.

-Las estrellas son tan maravillosas-dijo la niña señalando con el dedo al cielo.

El padre levantó los ojos al cielo y luego miró hacia abajo. Las estrellas iluminaron la nieve. Miró a su hija cuyos ojos brillaban de alegría y miró hacia las casas de los vecinos. La luz estaba encendida en todos los lugares y detrás de las cortinas se veían las sombras de las personas.

-Tengo una pequeña sorpresa para ti-dijo el padre a su hija curiosa y se acercaron a un pino no muy grande en el jardín. El padre sacó las velas de su bolsillo, las encendió y las puso sobre las ramas de la planta. En los ojos de la niña se podía ver las pequeñas luces redondas que irradiaban las velas.

-En mi vida había visto algo tan maravilloso pero no me habías dicho que habría otra sorpresa especial -dijo la niña sonriendo a su madre que estaba detrás de su padre. Miró a los ojos de su esposa y ambos sintieron que ya todas las palabras eran innecesarias. Se cogieron las manos y siguieron mirando el pino iluminado.

Anna Illyes, 10B

El euro: ¿Qué significa para nosotros?

Hace un par de meses se abrió la convocatoria para un concurso propuesto por la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión  Europea. El tema del concurso era el Euro y los alumnos tenían que hacer una fotografía con una pequeña reseña sobre este tema. El concurso se hizo a nivel europeo y de los 27 miembros elegirían a 5 finalistas de cada país y a 7 ganadores que serían premiados con un viaje a Bruselas.

En el instituto se formó un solo grupo, en 10B, formando por Rebi, Lencsi y Roberta. No pudimos estar entre los 7 ganadores finales pero sí conseguimos la 2ª posición de Hungría.

Aquí tenéis la foto finalista realizada por este grupo de chicas llamado "Graciosilas":


La  vieja Europa son 27 países llenos de gente y de culturas que se dan la mano y que forman un abrazo colectivo que nos protege y nos hace iguales.

viernes, 26 de marzo de 2010

Cartel de Lunáticas

Hoy me han enviado de Praga el cartel de nuestra obra. Parecemos importantes y todo, jeje. Creo que es bastante bonito y la obra, en principio, parace llamativa ¿no? Lo mejor, claro está, la cara de Enchi.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Palabras desde el cielo

Palabras desde el cielo

Estoy tumbado boca abajo. El sol ilumina con sus rayos a todo ser viviente del mundo. Los frutales ya se han cubrido de flores, los pájaros gorjean. Es un perfecto día primaveral. Vuelo cerca de la casa de mi familia, ya tengo alas, tengo todo lo que siempre había soñado. Pero la Casa no está alegre, aún no ha llegado la primavera. Todo el mundo lleva ropa negra, veo más de 100 pañuelos en la basura, mi familia está triste, lloran por mí.

Vivo en esta nube desde hace una semana. Después de un accidente de automóvil llegué aquí, no me llevaron al hospital, morí allí mismo, en la carretera. Desde mi muerte todo es perfecto, no hay ningún dolor, siempre sé cuál es la decisión adecuada. Después de la vida terrena está la vida de ensueño. Y acabo de tomar conciencia de ello, mientras veo la gente que está ahí abajo, llorando por mí. Es mi familia.

Es la primera vez que visualizo esa palabra con sus siete letras por escrito. Después la digo como un murmullo, luego más alta, y por fin la articulo. Intento sentir el sabor de la palabra. Saborear qué significa. Y decido dibujarla. Uso colores vivos: rojo, naranja y amarillo. Tiro los colores oscuros lejos porque en este papel no tiene lugar la pena. Trazo líneas dinámicas, caras sonrientes, el sol brilla en todos los puntos del papel, aquí nunca llueve.

Cuando oigo esta palabra recuerdo los tiempos que pasábamos juntos. Aún era una niña cuando íbamos al prado para recoger bellotas. Pero mi madre era aún más bonita. La admiro desde mi nacimiento. Sobre la hierba, mi papá tendió la manta y le dió un bocadillo (que él había preparado, porque sabía cocinar muy bien) a mi hermana. La lucha entre hermanas está siempre ente nosotros, yo generalmente le había dado todo pero nunca recibí nada y a mí me daba igual porque la quería mucho.

Después de unos años nació mi hermanita. Recibió el nombre Laura que corona de laureles. Era preciosa cuando lloraba entre los brazos de mi mamá. A mi me encantaba hacerla reir. Pero ahora ella también esta llorando. ¿Pero por qué? Yo estoy bien. Aunque no me veáis estoy siempre aquí. Siempre. Con vosotros.

¿Es cierto lo que oigo? ¿Estáis tristes porque me habíais ofendido algunas veces? ¿Bromeáis? No ha habido ni un solo instante en el que haya pensado que no me quereis. Siempre sé que la familia es lo más importante, lo que da sentido a la vida. La familia da educación, y me hace como hay que ser. La familia enseña, forma y da ejemplo. Sin familia la gente no puede vivir una vida equilibrada.

Yo también os herí, pero si todo hubiera sido perfecto, ¿Qué hubiera aprendido? Por favor no os acordéis de las cosas malas, porque hubo muchas más buenas: los vacaciones en nuestro país favorito, en Italia; las misas y los almuerzos los domingos; cuando encontrábamos los huevos en pascua, cuando cantábamos juntos en los conciertos, cuando nos hicieron una foto mientras hacíamos alpinismo; cuando veíamos nuestras películas favoritas juntos y cuando encendíamos las velas de la corona de adviento.

¿Por qué no escucháis lo que estoy diciendo? Esto no es justo.

Pero sé que un día todo cesa. Ahora aún la experiencia está muy viva, una semana luchando contra diecisiete años…Tarde o temprano resplandecerá el iris, llegará la primavera, desayunaréis fresas y todo será bueno. Pensáis que estáis solos pero yo siempre estaré con vosotros mientras se hace realidad mi sueño: recorrer el mundo, visitar personas famosas pero mi alma estará encima de la Casa. Y yo siempre volveré a casa con la velocidad de la luz, porque el amor que envuelve la Familia es eterno. Nunca cesa.

Lencsi Nagy, 10B